Lisbeth Ramírez Ramírez
¿El éxito en tus manos?
En algún cajón de mi casa se acurruca mi medalla , lejos, muy lejos, entre algunos documentos que guardo en mi taller está mi diploma. Afortunadamente para mí, ninguno de los dos era la llave del éxito como algunas personas me susurraron al oído .
Egresé de la escuela al lado de entrañables compañeros con los que hechamos a andar, ya desde hace algún tiempo, nuevos sueños al lado de nuestro pueblo, pues trabajando mano a mano y de diversas formas para el fortalecimiento de su organizacion cultural siempre justa y solidaria, hemos aprendido que el arte es una herramienta poderosa para alentar su voz y acompañar sus pasos avanzando sin temor ante lo adverso y lo bello.
Egresé de la escuela al lado de entrañables compañeros con los que hechamos a andar, ya desde hace algún tiempo, nuevos sueños al lado de nuestro pueblo, pues trabajando mano a mano y de diversas formas para el fortalecimiento de su organizacion cultural siempre justa y solidaria, hemos aprendido que el arte es una herramienta poderosa para alentar su voz y acompañar sus pasos avanzando sin temor ante lo adverso y lo bello.
Pero esta esperanza se debe cimentar en el trabajo de nuestras manos, pues compartir un plato de comida entre dos personas puede ser duro, pero a los 25 años es el mejor estímulo para seguir adelante. Así, como todo trabajador en esta lucha por continuar sin pedir nada a nadie, me he creado mil y una maneras para sobrevivir con mi arte, como toda profesion difícil pero honrada.
Así, puedo decir que he continuado mi camino sin traicionarme, ese es mi verdadero triunfo y es necesario decir, que creo que lo comparto con todo aquel que despierta al amanecer para meterse de cabeza en su propia lucha por vivir y existir.
Más allá de todo, la medalla y el diploma que recibí es en verdad un homenaje a mi familia, amigos y amor, quiénes estuvieron siempre ahí para empujarme hacia adelante, como hoy, sin exigirme seguir caminos ya trazados, su fuerza para luchar ante toda alegría y dificutad siempre serán mi ejemplo, como un aliciente poderoso para creer en la libertad y en el amor por la vida.
Así, puedo decir que he continuado mi camino sin traicionarme, ese es mi verdadero triunfo y es necesario decir, que creo que lo comparto con todo aquel que despierta al amanecer para meterse de cabeza en su propia lucha por vivir y existir.
Más allá de todo, la medalla y el diploma que recibí es en verdad un homenaje a mi familia, amigos y amor, quiénes estuvieron siempre ahí para empujarme hacia adelante, como hoy, sin exigirme seguir caminos ya trazados, su fuerza para luchar ante toda alegría y dificutad siempre serán mi ejemplo, como un aliciente poderoso para creer en la libertad y en el amor por la vida.
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