Pintura 1998


María Isabel Cordero Larrabure
Cuando ingresé a la escuela, en 1993, tenia una carrera ya hecha, una hija y estaba embarazada. Estudié arte “a destiempo" y con una generación que no me correspondía. Seguí tercamente hasta el final, siguiendo un instinto primitivo ,mi fascinación por trazar lineas y jugar con los colores.

En la escuela aprendí a organizar estos elementos, a combinarlos y a crear códigos para expresarme por medio de las imágenes.

Cuando egrese obtuve; en 1998, la Medalla de Oro. un reconocimiento, una recompensa que me hizo sentir que valió la pena el esfuerzo, sentí que mis mensajes estaban siendo leídos por los espectadores, descifrados y eso me dio el goce que proporciona terminar un trabajo muy bien hecho.

Sin embargo, debo confesar que soy muy recia a hablar sobre este o cualquier otro reconocimiento que se me otorgue, no porque lo considere poco significativo, sino porque no soy ni quiero parecer presuntuosa. A lo largo de mi carrera la medalla nunca fue un objetivo que me obsesionara, sino por el contrario para mi fue casi una sorpresa. Creo a pesar de eso y me atrevería a dirigirme a los artistas jóvenes, que siempre debemos trazarnos metas altas y perseguir nuestros sueños sin perder, por supuesto, un sano contacto con la realidad.

Los artistas plásticos escribimos con las imágenes, esa capacidad de expresión es lo mas relevante; lo que nos distingue y lo que tenemos que desarrollar con mas ahínco; leyendo, trabajando mucho. No debemos permitir que este don se duerma o se estanque ya que también es un premio, un regalo , una herencia de nuestros ancestros y aunque la vida nos lleve por otros caminos nos acompañara siempre...gracias a Dios.






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